Para Crowley, el Diablo es el “Señor de la Puerta de la Materia”, la energía masculina en proceso de materializarse gracias al “canal” que representa un pene erecto extendido hacia el cielo, donde se abre el mundo de la diosa madre. Los óvalos en los que se agitan figuras quizás humanas son la prisión que encadena las potencialidades reproductoras, intelectuales y espirituales del hombre. Según Crowley, la energía sexual, representada por El Diablo, debe aprovecharse ritualmente para dar cuerpo a la potencia propia.
domingo, 26 de diciembre de 2010
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